sábado, 5 de enero de 2019

¿Por qué en Andalucía?















Desde que el mundo es mundo
hemos andado con el ombligo pegado al espinazo
y agarrándonos del viento con las uñas.

Juan Rulfo




P
ues sí, asusta el regreso de la terrible sordidez, del blanco y negro que conocimos los que somos viejos. Todo suena tan rancio, tan oído, tan olvidado. A la sinrazón opusimos la razón y la esperanza… y una juventud que ya no tenemos. Quisimos creer que habíamos vencido, pero todos sabíamos que ahí estaba, lo veíamos, escuchábamos a diario su prepotente altanería. Y ahí estaba. Ahí está el monstruo.

Hay una juventud para seguir la lucha.









Tiempo























En el camino,
entre Pobladura y San Román,
me asalta el tiempo.

No queda polvareda de era ni gemir de noria,
solo queda tremolar de jilgueros
en los cardos,
y algarabía de pardales
en las tejas.

Quizás,
pueda sentir mías
esas tapias que regresan al suelo,
con los alizares desesperadamente asidos
a la tierra.

Me son ajenas formas y colores,
pero queda la nitidez de abril
y los cielos que aplastan…
y el abandono.

Respiro el tiempo
y puede que no exista el tiempo que respiro,
que sea solo idea,
o memoria.
¡Cuán ajeno el ruido y propia la nostalgia!

En el camino,
entre San Román y Pobladura,
me siento al calor de los viejos atónitos,
a respirar el tiempo, en esta extraña tierra
mía.


Nicolás Valdueza