Desde que el mundo es mundo
hemos andado con el ombligo pegado al espinazo
y agarrándonos del viento con las uñas.
Juan Rulfo
P
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ues sí, asusta el regreso de
la terrible sordidez, del blanco y negro que conocimos los que somos viejos.
Todo suena tan rancio, tan oído, tan olvidado. A la sinrazón opusimos la razón
y la esperanza… y una juventud que ya no tenemos. Quisimos creer que habíamos
vencido, pero todos sabíamos que ahí estaba, lo veíamos, escuchábamos a diario
su prepotente altanería. Y ahí estaba. Ahí está el monstruo.
Hay una juventud para
seguir la lucha.