domingo, 13 de agosto de 2017

Aquel Restaurante Español de la rue du Helder, lugar de encuentro de los españoles en París











1889 fue el año de aquel arrebato de grandeur de la Francia que quedó simbolizado para siempre por la enormidad de la Torre Eiffel. La última Exposición Universal francesa del siglo XIX fue un descomunal esfuerzo de escaparate ante el mundo y especialmente ante la potencia que emergía al otro lado del Atlántico. Pero también se conmemoraba el centenario de aquel 14 de julio de 1789 en el que los revolucionarios franceses terminan con el Antiguo Régimen al tomar la Bastilla. Se proclama la Declaración de los Derechos del Hombre. Termina el feudalismo. Comienza la Edad Contemporánea.

Y en tan singular año, un valenciano decide abrir en París un restaurante, un restaurante español, y así lo llama: Restaurante Español. Encuentra un local bien situado, en el 14 de la rue du Helder, junto al Boulevard, a dos pasos de la plaza de La Ópera, una calle cortita que en esos tiempos tiene seis hoteles siempre llenos. El buen hacer del levantino y las habilidades de su señora en la cocina, bilbaína ella, van consolidando el negocio.

En estos últimos años del XIX, en los primeros del XX, y en el periodo de entreguerras, París es la capital del lujo y el refinamiento. Y a su goce viajan los poderosos del mundo. Pero la ciudad es también caldo de cultivo donde germina toda novedad artística. Y a ella acuden intelectuales y artistas, y en ella intercambian ideas, compiten, se esfuerzan, trabajan libres en un medio culto dispuesto a ver, oír, leer, analizar y juzgar cuanto sus talentos puedan ofrecer.

El restaurante de la rue du Helder va haciéndose centro de encuentro de los artistas españoles, entre los que abunda una bohemia con los estómagos tan vacíos como los bolsillos. Las paredes del comedor se van llenando de cuadros con los que se agradecen o pagan las calorías aportadas por los guisos de la señora del valenciano. Es el caso del pintor Domingo Muñoz Cuesta (1850-1935), del que cuelgan en la sala una Paella valenciana en la huerta, un Carmen de Granada, un Soldado español en traje de campaña, una Escena de los barrios bajos madrileños, etc. Esta acumulación de pintura de calidad termina por llamar la atención de la culta sociedad parisina, lo que unido a los guisos de la bilbaína termina de acreditar al establecimiento.

En pocos años el restaurante es obligado lugar de reunión de la colonia española y de la por entonces numerosa y rica colonia hispanoamericana. Comensales y amigos de la casa fueron intelectuales y escritores como Rafael Altamira y Crevea (1866-1951), Eusebio Blasco Soler (1844-1903) (El confesor me dice que no te quiera, y yo le digo: ¡Ay, padre, si usted la viera!), Rubén Darío (1867-1916), Manuel Machado Ruíz (1874-1947), José María Salaverría Ipenza (1873-1940), Antonio de Hoyos y Vinent (1884-1940) (un curioso marqués, homosexual y decadente), Enrique Gómez Carrillo (1873-1927) (escritor guatemalteco que estuvo casado con Raquel Meller), Ventura García Calderón (1886-1959); pintores como Santiago Rusiñol y Prats (1861-1931), José María Sert i Badra (1874-1945), Nestor Martín-Fernández de la Torre (1887-1938), José María López Mezquita (1883-1954), Fernando Álvarez Sotomayor (1875-1960), Ignacio Zuloaga Zabaleta (1870-1945), Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923), Federico Beltrán Masses (1885- 1949) (retratista de la alta sociedad, amigo de Rodolfo Valentino); músicos como Manuel de Falla (1876-1946), Joaquín Turina (1882-1949), Ricardo Viñes Roda (1875-1943, Joaquín Nin Castellanos (1879-1949), Reynaldo Hahn (1874-1947) Francisco Alonso López (1887-1948), Jacinto Guerrero (1895-1951); y actrices, cantantes y cupletistas como La Argentina (1890-1936), Raquel Meller (1888-1962), La Argentinita (1898-1945), Rosita Moreno (1907-1993), La Chelito (1885-1959), Teresina Negri (1879-1974) (bailarina, crea también una empresa de moda: Madame Grisina), Amalia Molina (1881-1956), La Fornarina (1884-1915), Laura de Santelmo (1897-1977) (bailaora retratada por Sorolla, quien le puso el nombre artístico); cantantes líricos como Matilde de Lerma (1875-?), Tito Ruffo (1877-1953), Elvira de Hidalgo (1891-1980) (soprano que fue maestra de María Callas), Andrés Perelló de Segurola (1874-1953), Marcos Redondo (1893-1976), Pepe Romeu (1900-1985) (tenor y actor en cine y teatro).

Con el paso de los años nuestro valenciano ha ganado dinero, y decide retirarse. Deja el negocio a su paisano y amigo León García Cortés, padre de la abuela materna de quien esto escribe con la ayuda de algún papel heredado y con la evanescente oralidad familiar. Don León, con un carácter simpático y bondadoso, se gana pronto a la clientela del restaurante. El antiguo dueño se lleva con él los cuadros por lo que se hace necesaria una redecoración del comedor. Parece ser que consistió en grandes arcadas árabes y suntuosos espejos que agrandaban el local y le conferían un carácter racial y de abolengo. (Según nota de Alfonso Mesa, yerno de don León y testigo presencial)
León García Cortés

Y sigue don Alfonso: protector de artistas, apasionado de las bellas artes, fue don León un español entusiasta, celoso siempre de dar a conocer los productos y los vinos de nuestra tierra, y al mismo tiempo fue para los jóvenes artistas, que con modestas pensiones llegaban a París, un generoso y espléndido anfitrión. Su casa fue un hogar para estos artistas.

Entre los amigos del Restaurante Español y de la familia de don León, que llegaron a lo más alto en sus carreras, podemos citar a los pianistas Julita Parody (1887-1973), José Cubiles (1894-1971), José Iturbi (1895-1980) y Carmen Pérez García (1897-1974); a la arpista Luisa de Menárguez Bonilla y a los violonchelistas Gaspar Cassadò i Moreu (1897-1966) y Antoni Sala i Julià (1893-1945.
Matlde Pérez

Un día, en el restaurante, escuchan una fabulosa voz procedente de la cocina, se asoman y ven al mozo que acaban de contratar cantando mientras friega los platos. Con el tiempo, Vicente Ballester (1887-1927), así se llamaba el mozo, hizo una importante carrera como barítono en los Estados Unidos.

El 13 de julio de 1913 don León da poderes a su hijo León García Pérez para la administración del establecimiento. En 1914 fallece.
León García Pérez

Las hijas del matrimonio casan, Pepita con un violonchelista canario frecuentador del restaurante, Matilde con un médico madrileño.

Vienen después los años dulces que llevan a París a su cenit como foco productor de arte, lujo y libertad. Son los mejores tiempos para el restaurante. Pero llega el año veintinueve y todo declina. Ese mundo se acaba. En 1932 muere Matilde Pérez, y el restaurante cierra.
 
 
 
 
 
        

4 comentarios:

  1. Hello, I am writing from Italy, because I read in this article that the danseuse Teresina Negri has been a client of the restaurant. Can I have information about this matter?
    Thank you in advance,
    Umberto

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    1. Lamento no poder facilitarle más datos sobre Teresina Negri, Umberto. Solo dispongo de anotaciones de mis familiares sobre amigos y clientes del restaurante, y sobre Teresina Negri solo he encontrado lo referenciado en el artículo.
      Un saludo.

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  2. Thank you for your answer! But have you any documents where she's been mentioned or something like this? It's very important to me.
    Thank you in advance.
    Kind regards,
    Umberto

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    1. Como le dije, tan solo tengo la anotación de un familiar que menciona a la artista entre los clientes del restaurante.
      Saludos

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