Puerta del Sol en 1891
La Puerta del Sol, la de la superficie digo, es lugar complejo; es
lugar de paso o de cita; es extraño lugar de peregrinaje necesario para el
forastero nacional, que siente así colmada su visita a la ciudad; es tajo de
descuideros y buscavidas; es incomprensible templo al albur lotero; es también,
modernamente, culmen de las protestas ciudadanas; es, para los que tenemos
alguna edad, símbolo de la crueldad a la que llegó la dictadura militar; y es
expositor de especímenes sociales ya desaparecidos en otras zonas. Es, sobre
todo, un sitio vivo, pero no es lugar de estancia de viejos al carasol o niños
tras la pelota, ni es lugar para terrazas de horchata o descansaderos a la
sombra. Y este viejo icono ciudadano necesita de toda su amplitud, de todo su
horizonte definidor; no se puede interrumpirlo con árboles ni armatostes, como
el colocado en la última reforma para dar acceso al tren y al metro (con lo
bien que funcionan las bocas de siempre).
Antaño
fue principio y fin de líneas de trasporte ciudadano; hoy esa función es
paralela y subterránea, por eso distingo la Puerta del Sol en superficie.
También fue fondo de saco del tráfico automóvil, confluencia de los embudos de
la configuración urbana radial; hoy, mal que bien, eso está medianamente solucionado
por el drástico método del desvió sin alternativas en las inmediaciones.
Que el
COAM se establezca como foro de discusión del futuro de este espacio urbano me
pone de punta los pocos pelos que me quedan. Este organismo es poco de fiar,
mientras no se ganen mejor opinión serán santuario de protección a la
especulación y a los desmanes de una profesión que ha creado, poniéndose al
servicio del capital y a la espalda del interés ciudadano, todo el horror que
rodea los centros de nuestras ciudades, y que ha propiciado la
destrucción de estos centros urbanos. Ahora se trata de “mojar” en las
inmediaciones de Sol. El asunto está en marcha con la aquiescencia del PP,
claro está. Quizás les molesten los usos y maneras de los ciudadanos en esta
plaza, y quieran “adaptarlos” a sus necesidades. Conociendo a los señores del PP no me
extrañaría que, con el apoyo del COAM, pretendan una haussmanniana operación en
la plaza, tendente a su inutilización para las protestas ciudadanas, entre
otras cosas. Ojala encuentren adecuada y contundente respuesta de ese pueblo
condenado a malvivir en los engendros urbanísticos y constructivos con
los que se han llenado los bolsillos tantos arquitectos.
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