miércoles, 26 de febrero de 2014

Paco de Lucía









Se acumulan las muertes. Hoy es la de Paco, el de la Lucía, el de la Portuguesa, el gran trasgresor con el que ningún purista se atrevió. Él hizo nuestro oído a formas y maneras nuevas, que ya parecen haber estado siempre en el flamenco.
Me cuesta entender las posturas puristas en cualquier arte, pero en algo como el flamenco, cuya historia conocida es cuestión de unas pocas generaciones, es claro que no tienen sentido. Y Paco de Lucía ha dado un gran paso en esta historia que se va haciendo a saltos de talento, como todas las historias.
Me viene ahora a la memoria aquel teatral Mojigongo que anunciaba, herido de muerte, irse a bailar bulerías a la Gloria, encarnado por Antonio Gades en Los Tarantos de Rovira Beleta. Pues eso, una Gloria donde el niño de la Lucía vuelva a tocar para el Camarón. A ver si nos llega algo.

Gracias, Paco.







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