Gazela Primeiro |
Lugre Creoula |
H
|
ace
unos meses recaló en Torrelodones una joven pareja que se ha establecido en su
pequeño restaurante: La Tavola. Son
la simpática Nora y Emilio, un sardo sabio en los fogones. Simpatía y sapiencia
que nos hace fondear en su barra a un grupo de tabernarios que disponemos de
todo el tiempo de la jubilación. Y allí le damos a la lengua entre los chatos
que nos pone Nora y los guisos que el maestro Emilio nos va sacando. Servidor
destacaría la frégola de marisco aromatizada con botarga rallada, sencillamente
sublime. Pero ¿cómo no mencionar esos guisos de pollo o conejo con
alcaparritas, o esos carpaccios de atún…? En fin, una maravilla.
Y la
cháchara tabernaria produce agradables sorpresas. Hace unos días un amigo y
compañero de fondeadero en esta rada de buen comer y beber, Esteban Toja Santillana, Capitán de la
Marina Mercante y de Pesca, me habló de la traducción que había hecho de un
libro de memorias de un marino portugués que mandó veleros de la flota
bacaladera lusa. El asunto me sonó interesante, y al día siguiente Esteban me
traía una copia de su trabajo.
Buenos
ratos he pasado con este libro de Antonio
Marques da Silva, que mandó, entre 1958 y 1964 el Gazela Primeiro, un bergantín goleta de tres palos, con paño
redondo, 41,70 m de eslora y 325 toneladas de arqueo bruto. Fue construido
inicialmente en 1896 y totalmente reconstruido en 1900. Hizo su última
singladura a Terranova en 1969, y en 1971 fue vendido al Museo Marítimo de
Filadelfia, donde permanece.
Mi
ignorancia al respecto es absoluta. No tenía ni idea de la existencia de esta
mágica Flota Blanca (según la
llamaban los canadienses) compitiendo con los arrastreros a esas alturas del
pasado siglo. Conmueve la pasión con que el capitán Antonio Marques describe las faenas de los marineros, de los
gavieros y las de aquellos hombres –hoy inconcebibles- pescando durante meses el bacalao a anzuelo
desde sus monoplazas doris –botes de foque cangreja y remos-, en solitarias
jornadas de doce horas entre los hielos de Terranova y Groenlandia.
Imagino
arduo el trabajo del Capitán Toja en
la traducción, pues el libro desborda de términos técnicos. Supongo que en el
futuro será un referente filológico en cuanto a la pesca y la navegación
a vela.
Lugre Santa María Manuela |
He
encontrado una carta dirigida al director de ABC en el año 1971 por una
persona, Juan Santibáñez, que conoció
el Gazela y lo rememora con motivo de la venta del barco a los Estados Unidos.
Por su interés y emotividad trascribo unos fragmentos:
Yo lo
he visto en la barra de Belem, abra del Tajo en Lisboa, entre los treinta
grandes veleros de la flota bacaladera portuguesa. Venían siempre en abril,
cuando florecen las glicinias sobre el rosa pálido de los palacetes de Portugal
y anclaban <<á beira>> de la torre de Belem y del Monasterio de los
Jerónimos, es decir, el lugar ilustre en donde yacen los dos lusiadas famosos
Vasco de Gama y Camoens, y en donde vagan las sombras de las carabelas que
salían de aquellos muelles para descubrir medio mundo hace siglos…
………………………………………………………………………………
Era
un espectáculo emocionante ver largar las velas a la flota, cruzar enfrente de
San Julián de Barra, enfilar el cabo de Roca y entrar en el océano rumbo a
Terranova con todo el trapo izado y el viento del Norte cantando en lo alto de
las cofas.
………………………………………………………………………………
Había
como una emoción colectiva de un pueblo que usa con frecuencia, para definir su
hondo sentimiento de la mar, esta palabra sonora e ilimitada: oceanidad.
Gracias
amigo Esteban, gracias Capitán Toja por tan buenos ratos de lectura. Un buen trabajo. Seguiremos en estas
peñas del Guadarrama, fondeando al socaire de barras tan seguras como esta de La Tavola.
A Memória dos Bacalhoeiros - Uma Contribuiçao para a sua Historia.
Antonio Marques da Silva
Editorial Presença
Lisboa
1999
A Memória dos Bacalhoeiros - Uma Contribuiçao para a sua Historia.
Antonio Marques da Silva
Editorial Presença
Lisboa
1999