martes, 26 de agosto de 2014

La flota blanca





Gazela Primeiro



Lugre Creoula








H
ace unos meses recaló en Torrelodones una joven pareja que se ha establecido en su pequeño restaurante: La Tavola. Son la simpática Nora y Emilio, un sardo sabio en los fogones. Simpatía y sapiencia que nos hace fondear en su barra a un grupo de tabernarios que disponemos de todo el tiempo de la jubilación. Y allí le damos a la lengua entre los chatos que nos pone Nora y los guisos que el maestro Emilio nos va sacando. Servidor destacaría la frégola de marisco aromatizada con botarga rallada, sencillamente sublime. Pero ¿cómo no mencionar esos guisos de pollo o conejo con alcaparritas, o esos carpaccios de atún…? En fin, una maravilla.
Y la cháchara tabernaria produce agradables sorpresas. Hace unos días un amigo y compañero de fondeadero en esta rada de buen comer y beber, Esteban Toja Santillana, Capitán de la Marina Mercante y de Pesca, me habló de la traducción que había hecho de un libro de memorias de un marino portugués que mandó veleros de la flota bacaladera lusa. El asunto me sonó interesante, y al día siguiente Esteban me traía una copia de su trabajo.
Buenos ratos he pasado con este libro de Antonio Marques da Silva, que mandó, entre 1958 y 1964 el Gazela Primeiro, un bergantín goleta de tres palos, con paño redondo, 41,70 m de eslora y 325 toneladas de arqueo bruto. Fue construido inicialmente en 1896 y totalmente reconstruido en 1900. Hizo su última singladura a Terranova en 1969, y en 1971 fue vendido al Museo Marítimo de Filadelfia, donde permanece.
Mi ignorancia al respecto es absoluta. No tenía ni idea de la existencia de esta mágica Flota Blanca (según la llamaban los canadienses) compitiendo con los arrastreros a esas alturas del pasado siglo. Conmueve la pasión con que el capitán Antonio Marques describe las faenas de los marineros, de los gavieros y las de aquellos hombres –hoy inconcebibles-  pescando durante meses el bacalao a anzuelo desde sus monoplazas doris –botes de foque cangreja y remos-, en solitarias jornadas de doce horas entre los hielos de Terranova y Groenlandia.
Imagino arduo el trabajo del Capitán Toja en la traducción, pues el libro desborda de términos técnicos. Supongo que en el futuro será un referente filológico en cuanto a la pesca y la navegación a vela.
Lugre Santa María Manuela
He encontrado una carta dirigida al director de ABC en el año 1971 por una persona, Juan Santibáñez, que conoció el Gazela y lo rememora con motivo de la venta del barco a los Estados Unidos. Por su interés y emotividad trascribo unos fragmentos:

Yo lo he visto en la barra de Belem, abra del Tajo en Lisboa, entre los treinta grandes veleros de la flota bacaladera portuguesa. Venían siempre en abril, cuando florecen las glicinias sobre el rosa pálido de los palacetes de Portugal y anclaban <<á beira>> de la torre de Belem y del Monasterio de los Jerónimos, es decir, el lugar ilustre en donde yacen los dos lusiadas famosos Vasco de Gama y Camoens, y en donde vagan las sombras de las carabelas que salían de aquellos muelles para descubrir medio mundo hace siglos…
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Era un espectáculo emocionante ver largar las velas a la flota, cruzar enfrente de San Julián de Barra, enfilar el cabo de Roca y entrar en el océano rumbo a Terranova con todo el trapo izado y el viento del Norte cantando en lo alto de las cofas.
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Había como una emoción colectiva de un pueblo que usa con frecuencia, para definir su hondo sentimiento de la mar, esta palabra sonora e ilimitada: oceanidad.

Gracias amigo Esteban, gracias Capitán Toja por tan buenos ratos de lectura. Un buen trabajo. Seguiremos en estas peñas del Guadarrama, fondeando al socaire de barras tan seguras como esta de La Tavola.




A Memória dos Bacalhoeiros -  Uma Contribuiçao para a sua Historia.
Antonio Marques da Silva
Editorial Presença
Lisboa
1999







  


2 comentarios:

  1. É o vento que me leva.
    O vento lusitano.
    É este sopro humano
    Universal
    Que enfuna a inquietação de Portugal.
    É esta fúria de loucura mansa
    Que tudo alcança
    Sem alcançar....

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  2. Muchas gracias. Siempre es agradable rememorar al viejo médico de pueblo. De vez en cuando regreso a sus cuentos en busca de autenticidad.
    Abrazo.

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