En un momento todo está
nevado. Hace unos minutos miraba por la ventana a unos mirlos que rebuscaban
semillas en la hierba. Se veía un día gris y frío, pero paseable. Me he
entretenido un rato con la reciente luz blanda de Ezequías Blanco, y cuando he
decidido salir a caminar veo todo nevado. Ha sido en un momento.
La física manda:
corta la piel
y deja al
descubierto lo perdido
por detrás de esta
tierra de luz blanda.
Hoy no hay paseo. Seguiré
con el poeta del entrañable Paladinos, un ratito, que hay mucho hospital en la
luz blanda. Me hace guiños la bohemia de Emilio Carrére desde esa preciosa Ruta
emocional de Madrid que ha editado La Felguera. Quizás sea mejor compañía
para este día de frío y pandemia.
Una jarra
pintada de Talavera,
-vino espeso y peleón-.
La guitarra,
errabunda y lastimera,
del mesón,
y una lágrima colgando
del bordón.
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