viernes, 15 de enero de 2021

Derribo

    





Las ruinas tienen la tristeza cálida de la decadencia. Las demoliciones no, las demoliciones suelen dejarnos un sabor agrio de desesperanza y abuso, entre ese olor que emana de los más oscuros recovecos del alma.

En el muro ha quedado grabada vida humana, el dibujo inciso de las escaleras por las que bajaron los últimos ataúdes y por las que alguien hace hoy subir sus dineros. Colores de distintas épocas, gustos diferentes, ecos de una lejana queja de parturienta, del primer llanto de un bebé, de un bisbiseo de letanías entre las cuentas apoyadas en el frufrú de un mandil…

En nuestro tiempo, nada mejor suele substituir a lo derribado.  

 

 

 

 



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