A
veces es sobrecogedor ver refrendado por cifras estadísticas lo conocido o al
menos intuido. Lo es leer que el varón es el protagonista de la violencia humana
y encontrar corroborada por los números
tan tremenda aserción. Seguramente esto es algo que todos sabemos pero tenemos
guardado en el fondo del alma, un saber que hemos ido adquiriendo a lo largo de
la vida, un saber tan espeluznante que nos lo ocultamos con más o menos
consciencia.
José
Ignacio Torreblanca aporta cifras al respecto en un artículo que es como una bofetada:
Quiero
creer que la crueldad no es natural patrimonio de los varones. Quiero creer que
este monopolio de la violencia tiene su raíz en el ancestral machismo de la
sociedad humana; ese machismo que arrastramos desde el fondo de los tiempos y
que tiene su base, tan solo, en la superior fuerza física del varón respecto de
la mujer. Quiero creer que esta organización social ha empujado a los hombres
al desempeño de determinados roles, desarrollando su agresividad, su orgullo,
su necesidad de dominio… Quiero creer que no somos peores, que la civilización
puede avanzar, que la violencia no nace de nuestra natural crueldad...
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