viernes, 11 de enero de 2013

El rojo de las tabernas


No sé a qué se deberá el rojo de las tabernas madrileñas, ya tan escasas y tan mutiladas. Le veo yo un algo de reclamo o engaño - como el otro también rojo -donde el paisano va lidiando la vida, acunado en valdepeñas y mecido por la charla.
Esta deliciosa reliquia ha venido a ser salvada por el rock. Una anciana tabernera lleva toda la vida haciendo unas croquetas que le han servido para que sus clientes empapen el clarete, lo que siempre dio para un ir tirando. El destino lleva a su taberna a un rockero famoso que alaba su producto en Londres. Y llega lo inaudito, su taberna se llena de jóvenes pidiendo las croquetas que gustan a su ídolo. Llegan dineros impensados, una prosperidad desconocida. Es posible remozar el local y alegrar los viejos rojos, y hasta el hijo comienza a ver su futuro tras las puertas rojas.
Por esta vez, la amalgama de azar y tontería nos ha venido bien.
 
¡Salud!

 

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