martes, 8 de enero de 2013

Santa María del Azogue


 


 
 
 
Se perdió la verja que circundaba el sucesivo abrazo de tus ábsides, y hoy la ciudad llega a tus zócalos. Sin embargo, estás más lejos, tu incardinación ya no es la que vemos en esta vieja imagen: los aleros que hacia ti se proyectan, los balcones y los pórticos en torno a tus formas medievales componen una sinfonía de belleza cotidiana y doméstica, un todo armónico que se ha perdido. Hoy eres una belleza sofisticada, mantenida por azar, una isla en un mar indiferente a tu condición.

 

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